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Final.

El vientre abultado de Jimin era cubierto por una gran y enorme frazada, Jungkook se encargaba de abrigarlo cada que salían de casa.

Como estaban cerca de fin de año, nuevamente el alfa pelirosa se vio cargado de trabajo, eran muy solicitados últimamente, lo bueno fue que Hoseok se recuperó totalmente y ahora él era quien lo cubría en el trabajo. Jimin solo supervisaba que las cosas salieran bien, gracias a la vida todo iba de maravilla.

El pelirosa estaba ultimando detalles para los arreglos de su boda, sería algo sencillo, pocas personas asistirían, los dos estuvieron de acuerdo en todo, prácticamente Jimin proponía algo y para Jungkook era la idea más maravillosa de todo el mundo y decía que si a cualquier sugerencia.

La ceremonia sería en un salón de una elegante y lujosa casa que ambos fueron a ver y Jimin quedó completamente enamorado de toda la estancia, un enorme jardín en la parte de atrás, dividida en varios complejos, cocina, comedor y era todo un sueño para el alfa, fueron a dar un pequeño recorrido por todo el lugar.

Parecía ser su sitio para vivir, el encargado de la enorme casa fue hasta donde ellos saludando amablemente, ambos escucharon con atención todo lo que el beta les decía —Entonces, señor Jungkook, ustedes mandan.

—¿Qué opinas amor? ¿Te agrada?

—Me encanta, el sitio es perfecto para la boda.

—¿Boda? —preguntó el guía.

—Sí, será nuestra boda, estamos viendo partes para poder hacerla y este me parece genial.

Jungkook reprimió una sonrisa —Amor, creo que olvidé un pequeño detalle.

—¿Qué cosa? ¿El precio?

—Eso ni debería preocuparte —lo atrajo en un abrazo para después mostrarle un manojo de llaves.

Jimin ladeó la cabeza no comprendiendo —Jimin, estamos comprando nuestra casa.

—¿Qué?

—Supongo que olvidé decírtelo —comentó con fingida inocencia.

—Jeon...

—No me reclames, ya dijiste que la amas y tus ojos no mienten, alfa. ¿En realidad te gusta para nuestro hogar?

—Te voy a matar, Jungkook, ¿cómo diablos me haces eso?

—Era una sorpresa, si te lo decía estarías insistiendo en que mi apartamento era perfecto, pero quiero un lugar grande y espacioso para nuestra familia —lo atrajo para pegar sus frentes.

—¿Qué haré contigo?

—Amarme por la eternidad, ¿qué te parece?

—Un trato justo —ambos rieron volteando a ver al beta.

—La queremos —dictaminó el pelinegro.

—Perfecto, permítanme solo iré por los papeles —sonrió amable.

—Sé que te encanta, pero cuando veas la sala principal te irás de espaldas —guio a Jimin hasta donde le comentaba.

—Es perfecta.

—Creo que es un lindo sitio para todas esas mierdas de la jodida Navidad que te gustan, hay una chimenea —mostró señalando el sitio—. Además, aquí podrías colgar esa cosa verde que definitivamente es lo único bueno porque te puedo tomar cada que nos encontremos con una, quiero que llenes toda la casa de esas jodidas cosas.

Jimin se acercó muy emocional —Te amo, Kook.

—Yo también te amo.

✧✦✧

El tan ansiado día llegó, Taehyung, como todo un profesional, revisaba que la estancia fuera lo que Jimin y Jungkook pidieron, eran mediados de noviembre.

El estómago del pelirosa estaba a punto de llegar a los 8 meses, recién dejó de trabajar y fue por mera insistencia de Jungkook porque por parte suya seguiría comandando todo.

Estaba nervioso, nada de lo que pasó con Jungkook pensó que un día fuera realidad, siempre creyó que se quedaría solo porque no encontraría a alguien que lo aceptara y quisiera como realmente era.

Hoseok irrumpió en su habitación para avisarle que todo estaba listo, porque claro, ambos se negaron a que Jimin estuviera en el mismo lugar que con el pelinegro.

Vestía un pantalón azul con un tejido especial para su vientre, una camisa tipo blusón color crema con encaje, algunos brillantes y un saco del mismo color que su pantalón, sus cabellos estaban perfectamente acomodados ahora un poco más largos.

Jungkook le recalcaba cada día lo hermoso que era y lo bien que el embarazo le sentó. Sus visitas con el médico siempre fueron buenas, y ambos derramaron un par de lágrimas cuando escucharon su pequeño corazón latir.

—¿Listo?

—Eso supongo, ¿me veo bien?

—Mejor que nunca —respondió el omega parpadeando para disipar el llanto acumulado en sus ojos.

—Gracias por todo, Hoseok.

Taehyung habló por el micrófono que llevaban para comunicarse —Estamos listos, amor.

—Adelante Jimin —dijo abriendo las enormes puertas que daban al salón principal, flores colgadas y luces por todos lados le dieron un ambiente cálido y acogedor, Jimin amó toda la decoración siendo capaz de percatarse hasta del mínimo detalle.

Como siempre lo soñó, una boda invernal.

Un cuarteto de violines sonó dándole la entrada, los pocos invitados se pusieron de pie para verlo pasar.

Se ubicó delante de la alfombra de pétalos y caminó feliz y radiante, fijando la vista en su guapo alfa, vestido con los mismos colores que él.

Jia iba delante de él con una pequeña canasta donde estaban las argollas.

Seokjin llamó a su linda cachorra desde adelante para que empezara a caminar, Jimin la siguió sonriente con el corazón frenético.

Llegó hasta su alfa que lo esperaba con los brazos extendidos —Te ves realmente guapo.

—Tú también.

El casamentero hizo señas para que todos tomaran sus lugares, Taehyung y Hoseok aparecieron ubicándose como representación de su familia, así mismo estaba Namjoon y Seokjin del lado de Jungkook.

El acto se dio inicio con palabras de bienvenida para todos los presentes, a media ceremonia tuvieron un pequeño susto por un dolor en la parte baja del vientre de Jimin, Jungkook estuvo a punto de parar todo y llevarlo al hospital, pero el pelirosa le calmó y pudieron continuar tranquilos.

Cada uno dio sus votos hablándose frente a frente, Jungkook fue el primero en hablar.

—Sabía que íbamos a estar bien desde la primera vez que te vi, eres lo mejor de mi vida, cada que compartimos cama y diciendo lo que soñamos, saludando a los tiempos difíciles, nos subestimaron, bebé y ahora mirándote a los ojos puedo asegurar que eres a donde pertenezco, lo logramos amor.

Todos aplaudieron y vitorearon las palabras del alfa.

Ahora fue el turno de Jimin.

—En ciertas ocasiones nada sale como se planea, pero ahí es donde encuentras las mejores cosas de la vida, bueno... ese fue mi caso, adonde vayas te seguiré porque donde tú estés siempre será mi hogar, ahora estás en mi vida, no me importa nada porque para mí en este loco mundo solo somos nosotros dos.

En el beso que los hacía oficialmente esposos, Jungkook se negaba de dejar de repartir piquitos en todo su rostro.

Jimin estaba realmente feliz y Jungkook se sentía extasiado con su alfa al lado.

Al final brindaron con jugo de uva para acompañar a Jimin, bailaron y se la pasaron muy bien, incluso Jungkook permitió que su alfa bailara una pieza con Taehyung.

Al pasar la noche todos los invitados se fueron, tanto Jungkook como Jimin no estaban con el ánimo de salir, así que se quedarían en casa con la promesa de que saldrían después para reponer el viaje de luna de miel.

Jimin estaba de pie en medio de todo, aún sin creer nada, Jungkook llegó por detrás dejando sus manos reposar sobre su abultado vientre.

—Vamos a dormir.

—Todo estuvo realmente hermoso.

—Gracias, alfa.

Jimin ahogó un grito cuando, sin ninguna dificultad, Jungkook lo cargó de forma nupcial.

—¿Vas a atravesar toda la estancia conmigo así?

—¿Lo dudas?

—Claro que no, es solo que deberás caminar un largo tramo hasta nuestra habitación y subir todas las gradas.

—Entonces acomódate, eso no es ningún problema para mí.

Al llegar a la habitación Jimin se encontraba completamente dormido en sus brazos, con sumo cuidado lo acomodó sobre la cama para que descansara.

El pelirosa se removió, pero Jungkook lo arrulló, le quitó la ropa y le puso algo cómodo, se acostó a su lado e inmediatamente Jimin se acurrucó a su lado —Feliz noche, bebe —besó sus cabellos.

✧✦✧

Al fin llegó la época más odiada y amada del año, Jimin caminaba sujetándose la cintura por su enorme barriga, vestía con un enorme sudadero, algunos shorts y unas calcetas afelpadas altas, andaba emocionado y algo burlón porque Jungkook estaba sobre unas escaleras colgadas unas enramadas navideñas en casa, el alfa refunfuñaba cosas que no se le entendían muy bien.

—Jimin...

—Estás haciendo un buen trabajo, no te preocupes.

—Yo creo que no es necesario colgar todas estas mierdas, al bebé le pueden hacer daño.

—¿Cómo sería eso posible? —preguntó aguantándose la risa.

—No lo sé, puede ser alérgico al plástico de todo esto —dijo bajando al terminar.

—Quedó estupendo —halagó admirado.

—Es trabajo decente, no es como lo que tú haces, pero algo es algo.

Tenía fechas para su cesárea a finales de diciembre o principios de enero. Estaban a 20 de diciembre ya terminando de colocar todos los adornos, el pelirosa se encargó del árbol y todo lo que estaba en lo bajo mientras Jungkook colgaba y subía los adornos en los estantes altos.

Hace unos días Jungkook recibió una llamada de su padre preguntado cómo estaban, tenían una buena relación con el alfa, incluso recibieron unos presentes para el pequeño o pequeña cachorra.

—¿Qué haremos para tu cumpleaños?

—Nada, quiero estar solamente contigo.

—Alfa... Los chicos quieren pasar contigo unos momentos.

—Bien, pero no quiero fiesta —se acercó para abrazarlo.

El 23 a las 11:11, Jimin empezó con un fuerte dolor en la parte baja del abdomen y cintura. Jungkook, al sentir lo asustado de su alfa, se levantó de inmediato.

Llamó a la doctora y ella le indicó que era necesario llevar a su alfa a urgencias, Jungkook lo cargó solo tomando un par de mantas por el frío de la madrugada.

—Kook... —el alfa sollozó sintiendo las punzadas.

—Ya amor —besó rápidamente su frente.

—Duele.

—Tranquilo, vamos respira conmigo.

Encendió el auto y condujo con los nervios de punta por toda la avenida. Al llegar un par de enfermeros los esperaban con una silla de ruedas, la doctora justamente salía para recibirlos.

—¿Qué sucede? —preguntó el alfa preocupado.

—Está en labor de parto —indicó ella mientras se acercaba a dar indicaciones, Jungkook tomó la mano de su alfa apretándola para que supiera que estaba a su lado.

—¿Qué?

La doctora pidió prepararse a todos porque realizarían una cesárea de emergencia —Señor Jeon, si usted desea estar presente vaya a que lo desinfecten.

El alfa fue a donde le indicaron para después salir con una bata, guantes y una protección para el cabello, rápidamente buscó su celular y llamó a Seokjin, pues no sacó nada de casa.

Media hora después el omega y su alfa llegaron al hospital con lo que Jungkook les indicó, al rato se apareció Taehyung y Hoseok muy emocionados.

Jimin estaba siendo sedado y su alfa justo a su lado, sin apartarse en ningún instante de él —Alfa...

—Aquí estoy cariño, no te preocupes.

—Ya viene, ¿puedes creerlo?

El olor del pelirosa se intensificó, la vainilla bailó en las fosas de Jungkook.

—Claro que sí.

Ninguno se percató del tiempo, el reloj ya había marcado las doce cuando los doctores empezaron la incisión en su piel. Jungkook se encargó de distraerlo y besarle todo el rostro y nariz.

—¿Recuerdas los nombres? —preguntó el pelirosa con los párpados casi caídos debido a la anestesia.

—Por supuesto.

Jungkook peinaba sus cabellos siempre atentos a lo que los doctores hacían sin dejar de mimar al alfa.

Unos minutos después, un llanto se escuchó. Jungkook alzó los ojos viendo cómo los doctores llevaban a su bebé a limpiar.

—Lo lograste amor —dijo limpiando las lágrimas del menor.

—Quiero conocerlo o conocerla —pidió emocionado.

—Espera, están aseándolo —calmó.

La enfermera se acercó a ellos con el pequeño bulto bien envuelto en brazos para ponerlo frente de Jimin —Felicidades, es un lindo omega.

—Jungbae —dijeron ambos, al mismo tiempo.

—Muy bien, el pequeño cachorro nació el veinticuatro de diciembre a la una de la mañana con veintiocho minutos —la enfermera lo retiró para terminar de hacerle los chequeos.

—¡Por la luna! —Jimin exclamó sorprendido

—No, Jimin, amor no te atrevas...

Con ojos cristalizados comentó —Es como un milagro de Navidad, un perfecto regalo de Navidad —dijo algo emocionado, aún sin poder moverse del todo.

—Jodida mierda —bufó con una gran sonrisa en el rostro.

—Jungkook, no digas ese tipo de cosas frente a nuestro cachorro —regañó el pelirosa—. Feliz cumpleaños, alfa —sonrió con cariño y Jungkook se acercó para besar sus labios.

El alfa salió con sus amigos informando el estado de Jimin y sobre su cachorro, los chicos emocionados fueron a abrazarlo y Taehyung rompió en llanto incapaz de soltarlo.

Al pasar las horas pudieron ir donde Jimin para verle y conocer al cachorro, quedaron encantados con el pequeño y tierno bebé, era tan lindo y delicado.

—Felicidades, es hermoso —Seokjin se acercó con la pañalera y otras cosas de aseo personal para ambos.

—Es la cosita más tierna del mundo —Taehyung dijo muy emocionado.

Namjoon llegó hasta donde Jungkook un poco nervioso porque los recién nacidos le causaban un tipo de temor que con su pequeña se esforzó por superar —Es muy lindo, felicidades para los dos.

Cerca del amanecer se retiraron y los dejaron solos con su bebé, Jungkook se recostó cerca del pelirosa para brindarle calidez.

✧✦✧

Jungbae, ahora de 6 meses, hacía unos lindos balbuceos desde la carriola que empujaba su mami, mientras su padre entraba las bolsas de las compras a casa.

Tanto Jungkook como Jimin estaban más que encantados con su pequeño cachorro con ojos como los de él, pero cabello castaños y para Jungkook fue lo mejor cuando el bebé dio sus primeras sonrisas igual que su mami, era algo que Jimin deseaba de corazón, ser llamado mami.

Después de dejar todo en su debido lugar fueron a su habitación para descansar un poco, Jungbae era un bebé muy tranquilo y muy lindo.

Jimin lo tenía en brazos provocando unas lindas y tiernas carcajadas, besó su frente y lo dejó justo en medio de ambos, sus mejillas estaban regordetas y peleaba con su papi porque Jungkook no dejaba que comiera a gusto sus pequeños calcetines que al intentar alcanzarlos se hacía una linda y tierna bolita.

Entonces el pelinegro cerró los ojos, dejando entrar esos olores a su sistema, porque para Jungkook la felicidad sí tenía olor porque era el aroma de su alfa y su pequeño cachorro y esa era su fragancia favorita.

Cargó al bebé omega, permitiendo que Jimin se acurrucara sobre su pecho, dejando al pequeño sobre de ambos.

—Gracias por llegar a mi vida, Jimin —dijo volteando el rostro besando los labios de su alfa.

—Gracias a ti por dejarme entrar.

Y en ciertas ocasiones en la vida se encuentran personas que forman lazos que nunca se podrán romper, ni con el tiempo, ni la vida, ni con lo complejo, ni lo simple.

Cuando se es destinado a ser, así será.

Es lo que es.

Fin.

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